Los estudios en esta área se encargan de la valoración de la biodiversidad animal y vegetal en relación con biotopos determinados; su evolución en la búsqueda de procesos y patrones, desarrollo e interacción con el ambiente y su importancia como bioindicadores en el marco de estudios ambientales.
Este grupo desarrolla dos líneas de estudio principales, la primera sobre los ectoparásitos de murciélagos, en relación a aspectos evolutivos y coevolutivos, su distribución geográfica, así como rutas migratorias de los huéspedes. Se llevan a cabo estudios de morfometría y variación intraespecífica de poblaciones de parásitos, para reconocer evidencias de variación geográfica entre algunas poblaciones de parásitos, lo que puede indicar ciertos patrones de aislamiento geográfico en sus propios huéspedes murciélagos, y con ello inferir incluso zonas de riego hacia la conservación de la biodiversidad en regiones determinadas.
La segunda es la espeleobiología en forma integral, que incluye la biodiversidad cavernícola, estudios de distribución subterránea, ecología cavernícola, comportamiento y ciclos circádicos de animales hipógeos, así como posible factores de riesgo zoonótico en estos ambientes. En estos recintos subterráneos parcialmente aislados, presentan una ligera estabilidad microclimática y con ausencia de luz, han sido colonizados por una gran variedad de organismos de diferentes Phyla, y en muchos casos a lo largo de procesos evolutivos, diversos organismos han llegado a manifestar una variedad de adaptaciones hacia la sobrevivencia en estos ambientes. Ello deriva en que algunos de los organismos cavernícolas tienen adaptaciones específicas, que los delimita como seres vulnerables a los cambios que puedan llegar a afectar la estabilidad interna de la caverna, a través de alteraciones que se presenten en la superficie o biomas epigeos, por ello, pueden ser buenos bioindicadores de la “salud” de los ecosistemas circundantes externos a las cavernas.
Se desarrollan las siguientes líneas de investigación:
Su objeto de estudio son las comunidades de artrópodos en ambientes considerados como extremos, tales como el dosel de los bosques, las epífitas, los suelos de zonas áridas, y los ambientes cavernícolas, entre otros, y sus variaciones espaciales y temporales. El estudio de estas comunidades ha permitido estimar la diversidad de tales grupos a nivel global y su importancia en distintos ecosistemas. Los trabajos realizados sobre las comunidades del dosel han sido pioneros en México, enfocándose tanto en zonas tropicales como templadas.
Se desarrollan las siguientes líneas de investigación: